El ex 'número 3' de Santamaría implica a Arias Cañete en el 'caso Acuamed'
En su etapa como ministro, Miguel Arias Cañete nombró al presunto cabecilla de la trama Acuamed,
mantuvo con él comunicación directa constante, relevó a quien pretendía
pararle los pies y buscó la manera de legalizar al menos uno de los
contratos investigados, según el cual la constructora FCC habría
obtenido 40 millones de euros, que al final no se pagaron. Según ha
podido saber este periódico, así lo que declaró ayer ante el juez Eloy Velasco en la Audiencia Nacional Federico Ramos de Armas, quien fue hasta enero pasado número tres del Ministerio de Presidencia y uno de los principales apoyos de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
En
su declaración, que se produjo como investigado, Ramos -que dimitió
"para proteger a la vicepresidenta"- fue muy claro respecto de su
responsabilidad en la parte de Acuamed que le compete: él se negó a
compensar a FCC tras las averías en una desaladora y elevó al ministro un informe en ese sentido. Cañete, sin embargo, avaló lo contrario.
Según la declaración de Ramos de Armas, Arcadio Mateos, presunto cabecilla de la trama que cobraba mordidas millonarias a cambio de contratos en la empresa pública Acuamed, proponía llegar a un acuerdo con FCC en el caso de la desaladora de Bajo Almanzora,
y fue el ministro quien validó el trato, contra su criterio como
secretario de Estado de Medio Ambiente, y también contra el de su
directora general de Aguas, Liana Ardiles, explicaron ayer fuentes del caso.
Tres
notas diferentes del Ministerio avalaban la resolución del contrato con
FCC como posible salida a una situación envenenada, con una desaladora
nueva e inundada de barro antes de entrar en funcionamiento. Sin
embargo, Cañete prefirió pedir otra opinión a la Abogacía del Estado, que planteó la posibilidad de compartir gastos entre la Administración y la constructora.
Ramos, ahora abogado del Estado en el Tribunal Supremo, glosó ante Velasco la estrecha relación de Mateos
con Cañete, un vínculo que le llegó a provocar problemas con el
ministro cuando éste quiso relevar en la presidencia de la empresa
pública Acuamed a la directora general del Agua, Liana Ardiles,
empeñada en poner límite a la acción del director, nombrado a propuesta
de Cañete antes de la llegada de Ramos de Armas al Ministerio.
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